lunes, 8 de diciembre de 2014

Somos jóvenes y estamos perdidos

Crecemos, y ya no somos niños, pero tampoco adultos. Sentimos mil emociones de golpe. Somos felices, sentimos el dolor o estamos vacíos. Nos enamoramos, desenamoramos y terminamos rotos. Llegamos a lo más alto de una montaña rusa para luego caer en picado y tocar fondo. Creemos estar en un túnel sin salida, y nos dicen que pronto veremos la luz, pero pensamos que quizá es la de un tren que viene en nuestra dirección. Sabemos que estamos creciendo y que dejamos nuestra infancia atrás, todo lo que habíamos soñado está en la palma de nuestras manos y lo dejamos ir. Seguimos modas, o nos dejamos llevar por la multitud. Estamos a gusto en nuestro sitio o todavía no hemos encontrado el nuestro. Cometemos errores, nos equivocamos y nos recuerdan por ellos. Aprendemos, o eso es lo que se supone que deberíamos hacer. Tenemos una rutina y tan solo esperamos que algo nos haga salir de ella, pero nosotros no hacemos nada. Nos hacen escoger u obligan a hacer una carrera que quizá en un futuro odiemos, y tan solo deseamos no levantarnos dentro de treinta años con la amargura de habernos arruinado la vida. Y es que sí, somos jóvenes y estamos perdidos, como un alma inocente dentro de un bosque lleno de sombras, como un pez indefenso en el fondo del mar.


1 comentario:

  1. Bienvenida a la vida misma, Daniela. Pero eso no es malo, o todos hemos pasado por ahí. Lo superaréis. En cualquier caso, lo que me interesa es la carta al director y está redactada con una sensibilidad exquisita y con una expresión muy buena. Estupendo trabajo, felicidades. Espero que tengas suerte y te la publiquen.

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